Nadie nace sabiendo, todo se aprende leyendo y con la experiencia que nos da la vida. Algunos me habéis escrito para conseguir información sobre los abuelos o bisabuelos, esto lo podéis hacer vosotros sin la ayuda de ningún genealogista. Os digo como.
El primer árbol y las primeras informaciones deberemos obtenerlos de nuestros familiares mayores. Ellos comenzarán a aportarnos los nombres de sus padres y abuelos, sus hermanos, los familiares que quedaron en la localidad natal y aquellos otros que emigraron. Además nos interesará anotar cuales fueron sus oficios, si realizaron estudios, si formaron parte del ejército, cuales fueron sus rasgos, su forma de ser, aficiones y devociones, etc.
Todo lo que podamos conocer puede algún día sernos de utilidad. Así, quien era tan devoto de la patrona del pueblo pudo pertenecer a alguna cofradía donde se conserven sus datos. El pariente que siempre hablaba de la Guerra Civil tendrá un expediente militar con información personal. Ese otro tío que heredó unas tierras figurará en un testamento ante notario, etc.
Con lo recogido tendremos un primer esquema de nuestro árbol. Deberemos considerar los nombres y fechas que se nos indiquen como un punto de partida pero siempre conscientes de que pudo fallar la memoria o que quizás haya inexactitudes, todo ello deberá ser luego confirmado por los documentos que vayamos obteniendo. Iniciemos ahora la búsqueda de estos primeros documentos.
El Registro Civil
En toda España, desde 1870, comenzaron los Registros Civiles que conocemos actualmente. Conviene saber que en algunos municipios, generalmente en los principales, ya se había creado un registro previo en 1840 (esto es importante saberlo).
Nos interesarán mucho los datos que allí obtengamos según el tipo de documento; partidas de nacimiento (fecha, lugar, nombre, origen y domicilio de los padres o abuelos) partidas de matrimonio (nombre de los cónyuges, estado civil, padres, lugar y fecha) y partidas de defunción (fecha, lugar, nombre, edad y a veces, si testó, ante qué notario, lugar del entierro, causa de fallecimiento, esposa, hijos...).
Por tanto, veamos de qué fechas disponemos sobre el nacimiento, matrimonio y defunción de nuestros parientes para solicitar las correspondientes partidas. Todo aquello que tuviera lugar antes de 1870 deberemos ordenarlo y redactarlo en una carta para enviar al Registro Civil correspondiente.
Puede que no dispongamos del año exacto pero sí de un intervalo muy aproximado. En estos casos, rogando la comprensión del funcionario del registro, le indicaremos que estamos interesados en conocer la partida de nuestro pariente Fulanito de Tal que nació entre los años X al Y. Normalmente, en una localidad pequeña e incluso mediana no supone un esfuerzo desmesurado el repasar unos pocos años del registro.
No hace falta conocer la dirección postal exacta del Registro, será suficiente con que consignemos en la carta:
Registro Civil de XXX
Dirección
Código Postal – Nombre de la localidad (España)
Indicaremos siempre que solicitamos la partida literal para que se nos envíen una fotocopia del libro, no una partida en extracto. También es útil indicar el parentesco exacto con la persona citada ya que, pese a ser un registro público, muchas veces se limita la expedición de copias solo a los familiares o a quienes acrediten una causa justificada.
Las solicitudes a los Registros Civiles de algunos lugares es posible realizarlas por internet. Para ello debemos visitar la web: http://www.mjusticia.es
Una vez escrita y enviada la carta, tened paciencia. El plazo de respuesta variará notablemente según el municipio. Si pasados tres meses no hemos obtenido contestación, intentemos contactar telefónicamente con el responsable del Registro. Para ello bastará localizar un número de teléfono del ayuntamiento correspondiente donde nos pondrán en contacto con dicha persona (en los pueblos sin juzgado nos dirigiremos al Juez de Paz).
Localizando a nuestros parientes vivos
Con la anterior consulta habremos confirmado los datos de los familiares, incluso habrá sorpresas porque aparecerán apellidos nuevos, personas que tenían un nombre distinto al que pensábamos o incluso nos daremos cuenta de que parte de nuestra familia procede de otros pueblos que desconocíamos. Veamos otras opciones:
-Guía telefónica. Hay una iniciativa que, a pesar de ser muy simple, suele reportar grandes satisfacciones. Se trata de algo tan sencillo como buscar en la guía telefónica a personas que compartan nuestro apellido en la misma población donde vivió la familia y enviarles una breve carta sobre nosotros y nuestros familiares. Resulta sorprendente pero muchísimas veces se localiza así a parientes muy cercanos, o bien esa carta llega a personas que, aún no siendo familiares, sí conocen a la rama que buscamos y a los que les hacen llegar la comunicación.
Para ello, nos dirigiremos a http://www.paginasblancas.es y seleccionaremos en la localidad a las personas que lleven como primer apellido el mismo que estamos localizando. Si los resultados son muy pocos, buscaremos también a quienes lo lleven de segundo apellido. Hecho esto, no tenemos más que redactar una breve carta de presentación, incluyendo los datos que conocemos de la familia, rogando que le hagan llegar nuestro mensaje a quien pueda saber del tema. No olvidemos incluir tanto el remite postal como nuestro correo electrónico, si fuera posible.
Claro está que esta búsqueda será más efectiva mientras más pequeña sea la localidad y menos frecuente el apellido. No obstante, en pueblos pequeños, incluso los García o Sánchez serán probablemente parientes cercanos.
-Páginas web locales. Hoy en día muchos pueblos cuentan con páginas web oficiales o de particulares, a veces incluso existen varias. El webmaster suele ser una persona de la localidad o relacionada con ella y además interesada en los asuntos locales, por lo que tendrá contacto con diferentes personas del lugar. Pues bien, no hay nada más sencillo, rápido y económico que localizar las páginas web de nuestra población y enviar un mensaje al buzón de contacto.
Aunque el receptor no sepa nada de nuestra familia, lo que le pediremos es que intente hacer llegar el mensaje a vecinos del pueblo que pudieran saber algo de nuestros parientes. Quizás en cuestión de horas recibamos un mensaje de alguien que tenga relación familiar o conozca a personas de nuestro apellido.
Por otra parte, en estas webs a veces hay foros donde dejar mensajes ¿qué mejor lugar para acceder y dejar un aviso de quienes somos y a quienes buscamos? Habremos conseguido en poco tiempo comunicar la búsqueda a los internautas de la localidad.
-Listas de correo. Desde hace dos años funciona en internet listas de correo para personas interesadas en la genealogía:
http://es.groups.yahoo.com/group/genextremadura
http://es.groups.yahoo.com/group/genealogiareinodegranada/
http://es.groups.yahoo.com/group/genealogiadeandalucia/
Accediendo a ellas podremos enviar un mensaje de presentación con los datos que nos interesan. Probablemente no encontraremos a ningún pariente directo, pero quizás sí a alguien que también está interesado en la población y que nos podrá transmitir su experiencia y consejos. Además, cualquier otro miembro de la lista podrá orientarnos sobre recursos para investigar pero no pequemos de vagos, primero infórmate y después si tienes dudas, pregunta.
Otros recursos
Una vez comenzada la investigación y avanzados los primeros pasos, el descubrimiento de nuevos familiares, sus formas de vida, oficios, historias particulares, etc. se podrán ir ampliando con toda una serie de fuentes de investigación. La descripción pormenorizada de ellas excedería el ámbito de este artículo, pero merecen al menos una cita de los principales para ilustrar cuan amplios son los recursos de los que dispone el aficionado a la genealogía:
-Partidas parroquiales. El Concilio de Trento estableció la llevanza por parte de las parroquias de libros donde anotar bautismos y matrimonios. En muchas parroquias es posible encontrar estas partidas de forma ininterrumpida desde mitad del siglo XVI. Este sistema constituye un valiosísimo tesoro para la investigación genealógica.
-Documentos notariales. Los antiguos escribanos almacenaron en sus despachos copias de infinidad de documentos sobre nuestros antepasados: testamentos, compraventas, poderes, particiones, etc. Los actuales archivos de protocolos guardan este legado que, fundamentalmente, aunque no en todos los casos, reposan en los archivos históricos provinciales y notarias.
-Archivos militares. Ya fuera como militares de profesión o como simples reclutas, generalmente en toda familia ha habido personas que se unieron al ejército. No solo nos interesarán los antepasados directos, es probable que encontremos hermanos de éstos, cuya filiación lógicamente será del mismo interés para nosotros.
Un expediente militar nos puede proporcionar datos tan curiosos como la altura y el color del pelo y ojos.
Y así podríamos seguir enumerando otras muchas fuentes; los archivos municipales (con censos, quintas y documentos muy diversos), archivos diocesanos (expedientes matrimoniales), cofradías y hermandades locales, colegios, institutos e instituciones de enseñanza diversas, asociaciones, los registros del cementerio local, archivos nobiliarios, archivos de las audiencias y órdenes militares, organismos de recaudación tributaria, etc.
Si vas a comenzar esta aventura genealógica debes tener en cuenta dos factores de suma importancia, el primero es la paciencia, todo lleva su tiempo y si tú vives en Argentina, Brasil, USA, Francia… “Roma no se hizo en dos días” y tu árbol genealógico tampoco. El segundo es el respeto, respeto para tu colega de investigación, para los funcionarios, curas, archiveros… siempre dirígete con respeto hacia los demás y serás respetado.
Para terminar quiero indicar que este manual lo he cogido de la web de Genealogía de Extremadura, lo he actualizado y ampliado, no es un manual completo pero te va a ayudar a comenzar tu investigación. Te recomiendo que visites esa web.
Si estás estancado en tu investigación escríbeme, puedo encontrar a ese antepasado tuyo que se resiste, escríbeme a pacogenealogia@gmail.com
El primer árbol y las primeras informaciones deberemos obtenerlos de nuestros familiares mayores. Ellos comenzarán a aportarnos los nombres de sus padres y abuelos, sus hermanos, los familiares que quedaron en la localidad natal y aquellos otros que emigraron. Además nos interesará anotar cuales fueron sus oficios, si realizaron estudios, si formaron parte del ejército, cuales fueron sus rasgos, su forma de ser, aficiones y devociones, etc.
Todo lo que podamos conocer puede algún día sernos de utilidad. Así, quien era tan devoto de la patrona del pueblo pudo pertenecer a alguna cofradía donde se conserven sus datos. El pariente que siempre hablaba de la Guerra Civil tendrá un expediente militar con información personal. Ese otro tío que heredó unas tierras figurará en un testamento ante notario, etc.
Con lo recogido tendremos un primer esquema de nuestro árbol. Deberemos considerar los nombres y fechas que se nos indiquen como un punto de partida pero siempre conscientes de que pudo fallar la memoria o que quizás haya inexactitudes, todo ello deberá ser luego confirmado por los documentos que vayamos obteniendo. Iniciemos ahora la búsqueda de estos primeros documentos.
El Registro Civil
En toda España, desde 1870, comenzaron los Registros Civiles que conocemos actualmente. Conviene saber que en algunos municipios, generalmente en los principales, ya se había creado un registro previo en 1840 (esto es importante saberlo).
Nos interesarán mucho los datos que allí obtengamos según el tipo de documento; partidas de nacimiento (fecha, lugar, nombre, origen y domicilio de los padres o abuelos) partidas de matrimonio (nombre de los cónyuges, estado civil, padres, lugar y fecha) y partidas de defunción (fecha, lugar, nombre, edad y a veces, si testó, ante qué notario, lugar del entierro, causa de fallecimiento, esposa, hijos...).
Por tanto, veamos de qué fechas disponemos sobre el nacimiento, matrimonio y defunción de nuestros parientes para solicitar las correspondientes partidas. Todo aquello que tuviera lugar antes de 1870 deberemos ordenarlo y redactarlo en una carta para enviar al Registro Civil correspondiente.
Puede que no dispongamos del año exacto pero sí de un intervalo muy aproximado. En estos casos, rogando la comprensión del funcionario del registro, le indicaremos que estamos interesados en conocer la partida de nuestro pariente Fulanito de Tal que nació entre los años X al Y. Normalmente, en una localidad pequeña e incluso mediana no supone un esfuerzo desmesurado el repasar unos pocos años del registro.
No hace falta conocer la dirección postal exacta del Registro, será suficiente con que consignemos en la carta:
Registro Civil de XXX
Dirección
Código Postal – Nombre de la localidad (España)
Indicaremos siempre que solicitamos la partida literal para que se nos envíen una fotocopia del libro, no una partida en extracto. También es útil indicar el parentesco exacto con la persona citada ya que, pese a ser un registro público, muchas veces se limita la expedición de copias solo a los familiares o a quienes acrediten una causa justificada.
Las solicitudes a los Registros Civiles de algunos lugares es posible realizarlas por internet. Para ello debemos visitar la web: http://www.mjusticia.es
Una vez escrita y enviada la carta, tened paciencia. El plazo de respuesta variará notablemente según el municipio. Si pasados tres meses no hemos obtenido contestación, intentemos contactar telefónicamente con el responsable del Registro. Para ello bastará localizar un número de teléfono del ayuntamiento correspondiente donde nos pondrán en contacto con dicha persona (en los pueblos sin juzgado nos dirigiremos al Juez de Paz).
Localizando a nuestros parientes vivos
Con la anterior consulta habremos confirmado los datos de los familiares, incluso habrá sorpresas porque aparecerán apellidos nuevos, personas que tenían un nombre distinto al que pensábamos o incluso nos daremos cuenta de que parte de nuestra familia procede de otros pueblos que desconocíamos. Veamos otras opciones:
-Guía telefónica. Hay una iniciativa que, a pesar de ser muy simple, suele reportar grandes satisfacciones. Se trata de algo tan sencillo como buscar en la guía telefónica a personas que compartan nuestro apellido en la misma población donde vivió la familia y enviarles una breve carta sobre nosotros y nuestros familiares. Resulta sorprendente pero muchísimas veces se localiza así a parientes muy cercanos, o bien esa carta llega a personas que, aún no siendo familiares, sí conocen a la rama que buscamos y a los que les hacen llegar la comunicación.
Para ello, nos dirigiremos a http://www.paginasblancas.es y seleccionaremos en la localidad a las personas que lleven como primer apellido el mismo que estamos localizando. Si los resultados son muy pocos, buscaremos también a quienes lo lleven de segundo apellido. Hecho esto, no tenemos más que redactar una breve carta de presentación, incluyendo los datos que conocemos de la familia, rogando que le hagan llegar nuestro mensaje a quien pueda saber del tema. No olvidemos incluir tanto el remite postal como nuestro correo electrónico, si fuera posible.
Claro está que esta búsqueda será más efectiva mientras más pequeña sea la localidad y menos frecuente el apellido. No obstante, en pueblos pequeños, incluso los García o Sánchez serán probablemente parientes cercanos.
-Páginas web locales. Hoy en día muchos pueblos cuentan con páginas web oficiales o de particulares, a veces incluso existen varias. El webmaster suele ser una persona de la localidad o relacionada con ella y además interesada en los asuntos locales, por lo que tendrá contacto con diferentes personas del lugar. Pues bien, no hay nada más sencillo, rápido y económico que localizar las páginas web de nuestra población y enviar un mensaje al buzón de contacto.
Aunque el receptor no sepa nada de nuestra familia, lo que le pediremos es que intente hacer llegar el mensaje a vecinos del pueblo que pudieran saber algo de nuestros parientes. Quizás en cuestión de horas recibamos un mensaje de alguien que tenga relación familiar o conozca a personas de nuestro apellido.
Por otra parte, en estas webs a veces hay foros donde dejar mensajes ¿qué mejor lugar para acceder y dejar un aviso de quienes somos y a quienes buscamos? Habremos conseguido en poco tiempo comunicar la búsqueda a los internautas de la localidad.
-Listas de correo. Desde hace dos años funciona en internet listas de correo para personas interesadas en la genealogía:
http://es.groups.yahoo.com/group/genextremadura
http://es.groups.yahoo.com/group/genealogiareinodegranada/
http://es.groups.yahoo.com/group/genealogiadeandalucia/
Accediendo a ellas podremos enviar un mensaje de presentación con los datos que nos interesan. Probablemente no encontraremos a ningún pariente directo, pero quizás sí a alguien que también está interesado en la población y que nos podrá transmitir su experiencia y consejos. Además, cualquier otro miembro de la lista podrá orientarnos sobre recursos para investigar pero no pequemos de vagos, primero infórmate y después si tienes dudas, pregunta.
Otros recursos
Una vez comenzada la investigación y avanzados los primeros pasos, el descubrimiento de nuevos familiares, sus formas de vida, oficios, historias particulares, etc. se podrán ir ampliando con toda una serie de fuentes de investigación. La descripción pormenorizada de ellas excedería el ámbito de este artículo, pero merecen al menos una cita de los principales para ilustrar cuan amplios son los recursos de los que dispone el aficionado a la genealogía:
-Partidas parroquiales. El Concilio de Trento estableció la llevanza por parte de las parroquias de libros donde anotar bautismos y matrimonios. En muchas parroquias es posible encontrar estas partidas de forma ininterrumpida desde mitad del siglo XVI. Este sistema constituye un valiosísimo tesoro para la investigación genealógica.
-Documentos notariales. Los antiguos escribanos almacenaron en sus despachos copias de infinidad de documentos sobre nuestros antepasados: testamentos, compraventas, poderes, particiones, etc. Los actuales archivos de protocolos guardan este legado que, fundamentalmente, aunque no en todos los casos, reposan en los archivos históricos provinciales y notarias.
-Archivos militares. Ya fuera como militares de profesión o como simples reclutas, generalmente en toda familia ha habido personas que se unieron al ejército. No solo nos interesarán los antepasados directos, es probable que encontremos hermanos de éstos, cuya filiación lógicamente será del mismo interés para nosotros.
Un expediente militar nos puede proporcionar datos tan curiosos como la altura y el color del pelo y ojos.
Y así podríamos seguir enumerando otras muchas fuentes; los archivos municipales (con censos, quintas y documentos muy diversos), archivos diocesanos (expedientes matrimoniales), cofradías y hermandades locales, colegios, institutos e instituciones de enseñanza diversas, asociaciones, los registros del cementerio local, archivos nobiliarios, archivos de las audiencias y órdenes militares, organismos de recaudación tributaria, etc.
Si vas a comenzar esta aventura genealógica debes tener en cuenta dos factores de suma importancia, el primero es la paciencia, todo lleva su tiempo y si tú vives en Argentina, Brasil, USA, Francia… “Roma no se hizo en dos días” y tu árbol genealógico tampoco. El segundo es el respeto, respeto para tu colega de investigación, para los funcionarios, curas, archiveros… siempre dirígete con respeto hacia los demás y serás respetado.
Para terminar quiero indicar que este manual lo he cogido de la web de Genealogía de Extremadura, lo he actualizado y ampliado, no es un manual completo pero te va a ayudar a comenzar tu investigación. Te recomiendo que visites esa web.
Si estás estancado en tu investigación escríbeme, puedo encontrar a ese antepasado tuyo que se resiste, escríbeme a pacogenealogia@gmail.com
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